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En días pasados, en la localidad de Boca Chica, provincia Santo Domingo, se puso en marcha un estudio crucial sobre las corrientes marinas en aguas someras incluyendo el monitoreo de los parámetros fisicoquímicos asociados.
Boca Chica, por ser considerada una laguna arrecifal, depende en gran medida de la dinámica de sus corrientes. Las corrientes en las lagunas arrecifales influyen en la distribución de sedimentos, nutrientes y organismos, impactando directamente la salud del ecosistema. Además, regulan la oxigenación del agua, facilitan la dispersión de larvas de especies marinas y fortalecen la conectividad entre hábitats.
Estudiar estos procesos es clave para predecir los efectos de actividades humanas, como la contaminación y el desarrollo costero, y para diseñar estrategias de conservación que protejan el equilibrio ecológico del arrecife y sus alrededores.
Este estudio esta cargo de la División de Oceanografía y Recursos Marinos con la colaboración de la Encargada de la División de Laboratorio Oceánico de esta ANAMAR.